LA BUENA SUERTE
Pablo viaja en el AVE camino de Málaga, donde
tiene que dar una conferencia. Al pasar por Pozonegro, antiguo pueblo minero
venido muy a menos, se queda mirando un piso de mala muerte que está a la
venta. Inmediatamente da la vuelta, compra el piso, y se queda a vivir en el
pueblo. Nadie sabe por qué lo ha hecho, y nadie en Pozonegro sabe quién es.
Enseguida conoce a la vecina del piso inferior, Raluca, una mujer alegre e
impetuosa, que le consigue trabajo como reponedor en un hipermercado, y le presenta
a varias personas del pueblo. Al mismo tiempo, el entorno de Pablo le está
buscando.
Autora: Rosa MONTERO - Editorial:
ALFAGUARA. Barcelona, 2020. - Páginas: 328
–
Género: Novela costumbrista,
thriller - Público: General
En todos los pueblos, barrios, núcleos urbanos, hay personas, normales y corrientes, como tú y como yo, con sus anhelos, sus ilusiones… quizá sus secretos… gente con vidas anónimas, felices a su manera, que encuentran luz donde otros solamente encontrarían tinieblas. Esas personas muchas veces iluminan a su alrededor, sin darse cuenta de que lo hacen. Y en las ocasiones en que estas vidas caen en manos de buenos escritores, o buenos cineastas… Es el caso de esta preciosidad en forma de novela.
Rosa Montero (Madrid, 1951) es una veterana periodista y escritora, muchísimas veces galardonada, siendo el más importante el Premio Nacional de las Letras Españolas de 2017. O sea, se puede decir que tiene oficio, y que lo que publique va a estar bien escrito. Reconozco que ninguno de sus libros me había llamado la atención previamente; y además, en la medida de lo posible, tiendo a evitar autores muy marcados ideológicamente, como es el caso de esta escritora. Por lo que resulté muy sorprendido, muy gratamente sorprendido, por este libro. No me lo esperaba, la verdad.
Al comienzo de la novela, recordaba aquella película de Berlanga, Calabuch, con la historia del científico que se esconde del mundo en un pueblo del Mediterráneo; o la más aclamada El hombre tranquilo, de Ford, con John Wayne de boxeador atormentado que se refugia en Inesfree. Aquí, enseguida sabemos que a Pablo le ha pasado algo, aunque tardamos en saber qué. Y atentos a eso, vamos descubriendo el resto de la novela.
Porque el argumento hace que este libro sea muchas cosas a la vez: es costumbrismo (el retrato de un pueblo deprimido de La Mancha, con su retrato divertido de la piscina municipal, o de vecinos tan entrañables como el bueno de Felipe...); es thriller (hay que ver lo que tarda en explicarte quién es Pablo, y por qué se planta de repente en Pozonegro; y la tensión avanza con cada página); es una maravillosa historia de amor (qué personaje, Raluca…); es una historia psicológica interesante, con la crisis de mediana edad tan profunda que sufre el protagonista.
Así que sí, historia de huida y redención, si bien adaptada al siglo XXI, que la hace a veces su lectura menos amable (algunos personajes tristes, como la muchacha gótica o la madre soltera del tercero, son más bien tremendos; y algunos detalles más en los que no me paro). Pero todo ello compone una novela muy bonita, muy actual, y sobre todo esperanzadora. En este mundo actual, donde parece a veces que hay que buscar lo moderno en el fondo del agujero más negro.
Rosa Montero consigue algo muy difícil: arrancarnos la sonrisa ante situaciones imposibles (esa escena en la piscina municipal... los diálogos de Raluca con sus compañeras del supermercado, personas en difíciles situaciones sociales y económicas como ella), sin que en los momentos más difíciles se nos salte la lágrima. El libro salta de emoción en emoción, y el lector acompaña a los protagonistas haciéndose uno con ellos. Disfruté muchísimo.
Ahora, señora Montero, solamente un pero: no me gusta que ponga siempre Dios en minúscula. Expresiones como "Por Dios", "Dios mío"... Gramaticalmente, lo correcto es la mayúscula. No es usted Juan Ramón Jiménez para saltarse a la torera las normas lingüísticas. Además, ¿qué daño le ha hecho Dios?
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