Basilio es un periodista de mediana edad, cínico,
de vuelta de todo, gordo, divorciado y amigo del buen vivir. Amelia Tomás, la
nueva líder del partido conservador mayoritario, le ficha para que le redacte
discursos y le ayude durante la precampaña, en la que sale a recorrer España en
autobús para darse a conocer. La novela es una larga carta de Basilio a Amelia
recordando las interminables jornadas en autobús, y los diferentes retos que se
le plantean a la candidata, por parte de propios y extraños.
Autor: David TRUEBA – Editorial: ANAGRAMA. Barcelona, 2021– Páginas: 456 – Género: Costumbrista – Público: Adultos
Ahora que he terminado esta
novela, reconozco que me he quedado muy desazonado; aunque me lo he pasado muy
bien y me he reído, o he sonreído, un montón. Es algo contradictorio. Sí, te
ríes… pero por no llorar. Es un puñetazo en el estómago, un poco como ¡para
que te enteres! No sabría clasificar el sentimiento que me produce, aunque
sí que me ha hecho pensar, y mucho, sobre la democracia que tenemos en España,
y la forma de estado (de Estado) que dejamos detrás. Supongo que eso fue lo que
quiso el escritor.
David Trueba (Madrid, 1969) es
conocido en primer lugar por ser hermano del director de cine Fernando Trueba.
Es casi un hombre del Renacimiento, trasladado al siglo XXI: es periodista,
pero también es guionista y director de cine (con su película Vivir es fácil
con los ojos cerrados ganó tres premios Goya), ha sido también actor
en varias películas (Los peores años de nuestra vida), y también
escritor. Y muy bueno, mirando el resultado de la novela que acabo de terminar.
Queridos niños es una crítica
feroz e imaginativa al mundo político actual. Para ello, el autor utiliza un
personaje que actúa tras las bambalinas de la campaña electoral: Basilio, un
periodista cínico, de vuelta de todo, maleducado, rijoso… prototipo del español
que ninguno queremos ser, pero que nos resulta simpático. Basilio es quien
cuenta la novela, una larga carta de amor (si es que Basilio es capaz de amar a
alguien) en la que se hace un repaso a la campaña electoral, recorriendo
España, de la nueva candidata a la presidencia del Gobierno de España, por
parte del partido conservador mayoritario.
Y toda la novela destripa y
destroza la política actual, con las mentiras o medias verdades de la campaña
electoral, volcada exclusivamente en rascar el voto de cualquier forma posible,
sin ningún valor positivo (no existe la verdad, no existe más bien que el que
pueda reportar ganancia electoral…). Empezando por el título: Queridos niños
es como llama Basilio los votantes, ingenuos, a los que se les engaña como a
los niños para que acepten tomarse las verduras diciendo que van a ser como
Popeye. Luego, los demás también tienen mote: el general Cojo, Los
Cuervos, el periódico (perdón) Pis&Caca…
Basilio utiliza su lengua como un
machete que destroza, más que construye. En ese sentido, la creación del
personaje que hace Trueba es un acierto: el protagonista es el tipo de persona
que sólo sirve para ir de copas y pasar un buen rato, pero al que no le
confiarías nunca nada. Guarro, mujeriego, gracioso y español, mejor tenerlo a
favor; casi un Torrente de la palabra escrita.
Cualquier lector perspicaz puede
trasladar muchos de los personajes y situaciones al panorama político español
actual. Y reírse con ello. Pero es una risa triste. ¿De verdad es así como nos
manejan? Si lo es, verdaderamente somos esos queridos niños. Y terminas
la novela con una sonrisa… pero por dentro estás triste. Porque te das cuenta
de que así funcionamos; y eso es durísimo.
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