Mary Beard, filóloga y clasicista, entrega un nuevo ensayo en el que, de forma desenfadada y con afán divulgativo, habla de diversos aspectos de la vida de los emperadores de Roma, desde Julio César hasta Alejandro Severo; dos siglos y medio de historia de Roma, que es en el fondo historia de la civilización occidental. Basándose en los textos que se conservan, tanto escritos como grabados en piedra, y las estatuas e imágenes que nos han llegado, se adentra en la vida y los mitos de los emperadores, intentando responder a las inevitables preguntas: ¿Eran tan crueles como nos los han mostrado hasta ahora? ¿Cómo se gobierna un imperio tan grande? ¿Y el papel de las mujeres en sus vidas? ¿Es verdad que, a su muerte, se convertían en dioses?
Autora: Mary BEARD – Editorial: Crítica. Barcelona, 2023 – Páginas: 592 – Género: Ensayo – Público: General
Este libro
llamó mi atención. En efecto, lleva unas cuantas semanas en la parte alta de la
lista de libros más vendidos, al menos en España, que es en la que me fijo, y
no deja de ser un ensayo; no es una novela histórica, sino un resumen más o
menos amable de la vida de los emperadores de Roma. Pero por amable que sea, no
deja de ser un extenso e inmisericorde ensayo, y sin embargo no se apea de la
lista de más vendidos. ¿Qué tendrá ese libro?
Pues, para
empezar, que está escrito por la conocida clasicista británica Mary Beard
(Reino Unido, 1958), que además de ser catedrática en Cambridge, es
mundialmente conocida por sus trabajos de divulgación histórica, a veces
polémicos, pero siempre bien fundamentados. Y no es menos conocida su faceta de
pensamiento feminista, que también se le nota a la legua. Sus libros siempre son bien recibidos por el
gran público, y éste último, que muchos ven como una continuación del anterior SPQR,
donde narra la historia de Roma, no iba a ser menos. Éste se dedica a presentar
distintas facetas de los emperadores de Roma, matizando la presunta vida
gloriosa de algunos, exponiendo mitos y respondiendo a preguntas que muchos
tenemos en el imaginario, tanto por los estudios clásicos, como por lo que nos
han mostrado las películas.
En primer
lugar, pasé un mal rato leyendo este libro por algo que para muchos no deja de
ser una cosa pequeña, pero que a mí me dolió. Es la primera vez que veo en un
libro, al citar fechas, las abreviaturas “a.e.c.” o “e.c.” después del número.
Yo toda la vida he visto a.C y d.C., antes de Cristo y después de Cristo, tanto
en castellano como en inglés. Pues esta autora se esfuerza por cambiar la
tradición y hablar de “antes de la era común” o “era común”, siendo esta era
común la que estamos viviendo después de Cristo. Ya digo que es una tontería,
pero qué ganas de apartar a Cristo de todas partes, hasta en eso. Ya está, ya
lo he dicho y me he quedado a gusto.
Pero el
libro es un conjunto de anécdotas entrelazadas, en mi opinión un tanto caótico.
No es que sea aburrido, que no lo es, pero no tengo claro qué es lo que me
intenta decir. Creo que da demasiada información seguida, sí, muy bien
documentada, pero no está pensado para que el lector se quede con datos, sino
con ideas generales, que quizá yo ya tenía, o imaginaba. Las descripciones de
la vida en palacio de los emperadores resultan mezcladas con los datos
fehacientes, aunque reconoce que parte son suposiciones de los distintos
yacimientos arqueológicos encontrados, porque fuentes escritas no tenemos
muchas, y las que hay no son del todo fidedignas, según reconoce la autora, ya
que pueden tratarse de relatos que sirvan para congraciarse con los emperadores
y las familias del momento. No sé, es una impresión personal (que de eso trata
un crítico, de intentar explicar lo que ha leído según su leal saber y
entender, que se suele decir), pero el afán divulgativo de la autora no
consigue hablar de la realidad.
El libro no
nos ahorra algunas descripciones desagradables, de la violencia de la época, de
las distintas relaciones sexuales – siempre supuestas, no fundamentadas – de
los emperadores, del trato a los esclavos y a las mujeres… En un último
capítulo expone cómo cree que el cristianismo cambió el modo de hacer de la
época, sin que la pobre escritora entienda que una idea modifique en tan poco
tiempo una sociedad… Yo se lo explico, señora, piense un poco sobre el
humanismo cristiano y la deshumanización a la que había llegado el imperio.
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