Julián se entera de repente
que tiene un tío, hermano de su padre, que acaba de fallecer y que le ha
nombrado heredero universal de sus bienes. Entre ellos, un terreno en El
Chaltén, una municipio de la Patagonia, sobre todo dedicado al turismo de montaña;
pero para tomar posesión de esa herencia debe hacerlo en persona. Cuando llega,
se entera de que en realidad no es un terreno, sino un hotel de montaña
abandonado. Al entrar en el hotel encuentra un muerto, probablemente asesinado
hace treinta años. Eso le lleva irremediablemente a intentar conocer quién fue
su tío, quién puede ser el muerto, y qué fue lo que pasó tantos años antes.
Cuenta para ello con la ayuda de Laura, una joven expolicía que conoce en la
Patagonia.
Autor: Cristian PERFUMO – Editorial: LUZ AZUL. Buenos Aires, 2021 – Páginas: 418 – Género: Thriller – Público: General
Esta novela es la segunda que protagoniza – o coprotagoniza – una criminalista argentina, Laura Badía. El anterior se llama El coleccionista de flechas. No es necesario leerlos seguidos. La historia de Laura se anota en distintos puntos de la novela cuando es necesario.
El protagonista de la novela es Julián, un treintañero catalán, que repentinamente es convocado por un notario de Barcelona, ciudad en la que reside, donde le informan que ha sido nombrado heredero universal por un tío suyo. Además de algo de dinero en el banco, recibe en herencia una finca en un pueblo patagón, El Chaltén, un lugar ahora muy frecuentado por los turistas. La finca puede conseguir un alto precio en el mercado, pero para ello debe acudir a tomar posesión en el mismo lugar. Al llegar al pueblo, un lugar pequeño, donde todos se conocen, descubre que en realidad la finca no está vacía, como él pensaba, sino que hay un hotel que lleva cerrado muchos años. Cuando consigue entrar en él, encuentra un cadáver momificado sobre una de las camas.
La historia de Julián es muy entretenida, y su personaje, un hombre que empieza a darse cuenta de que se le pasa el arroz sin haber hecho nada, que encuentra una posibilidad de dar un pequeño parón a su vida al tiempo que vive la aventura de irse a la Patagonia, sinónimo de lo más lejano… A todos nos encantaría haber tenido esa oportunidad en algún momento, y más cuando allí se encuentra a una chica que le empieza a gustar.
Encontrado el muerto del hotel, la historia vuelve muchos años atrás, en concreto a la adolescencia del tío de Julián, en un colegio rural catalán, donde ocurren acontecimientos – ya lo aviso ahora – tremendamente duros, lo que ahora llamaríamos un bullying de libro, pero especialmente violento. Un niño incomprendido, unos profesores que miran para otro lado… El autor no se recrea en lo negativo, simplemente lo cita y pasa por encima, pero es la única manera de entender la historia. Ese salto en el tiempo continúa y da vigor a toda la novela, porque Julián va descubriendo algo que desconocía, una parte de su infancia que se había borrado del todo, y que ahora va a renacer en sus investigaciones en el lugar y en conversaciones posteriores con sus padres.
En definitiva, una novela entretenida, quizá no la mejor, pero a la que merece la pena echar un vistazo, porque parece que podemos estar ante un futuro escritor a tener en cuenta.
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