Gates Foster es un padre desesperado, que
perdió a su hija hace diecisiete años, cuando fue secuestrada por otra niña. Y
no consigue hacerse a la pérdida, que intenta cubrir por medios un tanto
sórdidos. Por otro lado, Mitzi Ives es una joven creadora de sonidos para
películas. Sonidos de lluvia, de cascos de caballos, de truenos... y sobre todo
de gritos de terror, que consigue sin utilizar medios digitales, y conserva en
un gran almacén en su propia empresa. Un día, los caminos de Gates y Mitzi se
cruzan, y quedan al descubierto muchos secretos de Hollywood, de la producción
de las películas, y sobre todo de los métodos de Mitzi para conseguir los
gritos más horripilantes y duros de todo el planeta.
Autor: Chuck PALAHNIUK – Editorial: RANDOM HOUSE. Barcelona, 2024 – Páginas: 224 – Género: Thriller – Público: Adultos
Yo le tengo que agradecer a Charles
Michael “Chuk” Palahniuk (Washington, 1962) haber escrito el libro que originó
una de mis películas favoritas, la maravillosa e impactante “El club de la
lucha”. Cuando leí la novela después de ver el filme, concluí algunas cosas
sobre el autor, que se han visto confirmadas al leer su más reciente novela
publicada en español, ésta que me dispongo a reseñar. Me llamó la atención que
la novela vio la luz hace cuatro años, pero ha tardado todo este tiempo en ver
la luz en nuestro idioma. Quizá la editorial no ve demasiado rentable en España
al novelista americano, no lo sé. Y no me extrañaría.
Y es que Palahniuk no
escribe libros, los escupe. Los digiere mal y los regurgita. Es un animal
cuando escribe, y las historias que cuenta son quizá muy americanas, difíciles
de explicar al que no es yankee. Son metáforas de la vida, muy difíciles de
tragar, pero muy reales.
La historia de esta novela parte
de dos personajes diferentes. Uno es el pobre Gates Foster: un padre de mediana
edad, desesperado y deprimido desde que diecisiete años atrás su hija pequeña
desapareció secuestrada por otra niña en un descuido suyo. Cualquier persona normal,
con dos dedos de frente, concluiría que la forma de llevar la pérdida – que cuenta
la novela, pero que no quiero desvelar – no es sana en absoluto. En todo caso,
Foster no se quiere resignar y pasar página, sino que sigue investigando, con
los medios que tiene, qué fue lo que pudo pasar con su hija. El segundo
personaje no es menos duro y extremo. Mitzi Yves trabaja para la industria cinematográfica,
en concreto dedicándose a la creación y desarrollo de sonidos para películas. Elabora
todo tipo de ruidos, pero se ha especializado, como su padre, en las películas
de terror. De hecho, tiene todo un archivo de sonidos grabados en un gran
almacén. Un día, las vidas de ambos perdedores se cruzarán.
Chuck Palahniuk escribe libros
que golpean, que son bofetadas más que lecturas, que te dejan noqueado sin
esperarlo. Ese mérito es todo del autor. Pero el mundo que describe suele ser
ruin, duro de leer, con descripciones horrendas, sin la menor compasión por el
lector. Los personajes que aparecen en la novela, que representan distintos
modelos de nuestra sociedad, son caricaturas, pero absolutamente duras y
desagradables. Es una sociedad que hace tiempo que se ha perdido y no hace nada
por mejorarse. El ejemplo más definitivo, creo, es el comportamiento sexual de
Mitzi, que se describe en una escena explícita, especialmente violenta, y se
comenta en otras ocasiones con rudeza, y es el de una mujer claramente
desequilibrada, por razones que se explican en la misma novela.
Por ello el libro agradará a los
fans de Palahniuk, pero resultará molesto para todos los demás, o para las
personas con paladar delicado.
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