LA PUERTA
Raquel es una joven guardia civil madrileña, cuyo único hijo, Daniel, de diez años, padece un cáncer en estado terminal. Como último recurso, decide pedir el traslado a un puesto en la provincia de Pontevedra, donde una menciñeira dice poder curar a su hijo, tras haber tenido éxito -demostrado- en casos similares. Al llegar a su puesto de trabajo, su primer caso será un doble asesinato que parece formar parte de un ritual, ya que uno de los cadáveres aparece vestido de blanco y en una extraña forma.Autor: Manel LOUREIRO - Editorial:
PLANETA. Barcelona, 2020. - Páginas: 352
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Género: Literatura, costumbrista
y thriller
Un amigo me hizo descubrir a
Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) al animarme a leer su primera novela, Apocalipsis Z, un relato en el que los zombies conquistan la tierra. No soy muy
de ese género, pero como todo el libro transcurre en ciudades que conozco, me
resultó muy entretenido. Y para tratarse de una primera novela, estaba bastante
bien. Después comprobé que sus libros están bien escritos, tienen muy buenos
personajes, y son en general fáciles de leer. Para el que no haya leído nunca
nada de este pontevedrés, basta decir que escribe thrillers en los que introduce algún elemento más allá de la
naturaleza: alguien capaz de leer auras, un suceso en el Triángulo de las
Bermudas, y asuntos similares.
En esta ocasión, devuelve la
acción de sus novelas a Galicia, y utiliza como punto paranatural algo que se
repite en sus paisajes de granito, como es una "puerta del más
allá", o Porta de Alén, o
Portalén; esos elementos compuestos de dos rocas verticales, y una horizontal
que las cruza, y que para los ancestros eran puertas que en algún momento
comunicaban con el Más Allá. Culturas antiguas que relacionan esos fenómenos
geológicos con templos antiguos, y que se han mantenido, de alguna forma, hasta
nuestros días.
Para el contraste, el autor trae
a una mujer desde Madrid, a enfrentar la Galicia profunda: la guardia civil
protagonista está destinada en el cuartel de Viascón, a pocos kilómetros de
Pontevedra. Cerca de A Porta do Alén y Marco do
Vento, en lo alto del monte Seixo, donde se encontrarán los cadáveres. Y
muestra el choque que supone, para la práctica guardia madrileña, encontrarse
con un pueblo con creencias arraigadas, por anacrónicas que sean.
La novela transcurre a toda
velocidad. Ayuda angustia que produce la contrarreloj de la madre intentando
salvar al niño, pero la acción también avanza a mucha velocidad, con un ritmo
trepidante que no te deja respirar. No es un libro para leer en época de
exámenes, desde luego. Con ese ritmo podría dejar que la novela fuera pura
acción, casi un cómic sin dibujos. Pero no: la ambientación es perfecta (se ve
que el autor es de la zona), y los personajes están muy bien descritos y
definidos; al menos, en los trazos principales. Incide el autor especialmente
en las protagonistas femeninas (esto es casi marca de la casa en el autor, presentar mujeres fuertes que llevan
todo el peso de la novela). Y el final es redondo; incluso, en algún aspecto,
abierto. No creo que la historia pueda dar para una saga, pero desde luego, con
esta pequeña novela, nos podemos dar por satisfechos.
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