Ana Iris Simón relata la historia de su infancia,
en Campo de Criptana, en plena Mancha. Una historia escuchada a sus abuelas,
sobre todo a su abuela Mari Cruz, matrona de una familia de feriantes. Sus
otros abuelos eran campesinos, y le enseñaron a aferrarse a la tierra, a ser
fiel a sus ancestros, a su historia, a saberse heredera de una raza única.
Ahora, la autora mira hacia atrás con envidia, siendo ella, como es, una mujer
en medio de la modernidad menos humana que caracteriza la vida actual, en la
ciudad robotizada que no mira la felicidad que dejamos detrás.
Autora: Ana Iris Simón - Editorial:
CÍRCULO DE TIZA. Madrid, 2020. -
Páginas: 240 –
Género: Biografía,
costumbrista. Público: General
Este libro… honestamente, dice tantas cosas, que no sé ni por dónde empezar. La autora es una periodista, trabajadora en distintos medios de comunicación, mujer completamente desconocida hasta que escribió este libro. El pasado sábado 22 de mayo, Ana Iris, que se reconoce como mujer de izquierdas, pronunció un discurso en un acto en La Moncloa (durante la presentación de ‘Pueblos con futuro: un plan para la cohesión y transformación del país’), en presencia de Pedro Sánchez, donde hizo un alegato en favor de la familia y de la recuperación del entorno rural. Enseguida el vídeo se hizo viral, y sus palabras fueron muy criticadas por la propia izquierda. Si no lo habéis visto, os lo aconsejo.
La joven autora (Campo de
Criptana – Ciudad Real –, 1991), narra su infancia en este libro. Y una de las
primeras frases del mismo, en realidad nos define todo lo que nos quiere decir:
Me da envidia la vida que tenían mis padres con mi edad. Otra gente de su
generación ha intentado hacerle ver que su vida es mucho mejor, pero ella en
realidad ve que sus padres por entonces tenían un trabajo fijo, ya tenían una
hija de siete años (ella), y vivían infinitamente más tranquilos. Sin hacer
grandes planes futuros, sin asentarse antes de casarse… Pero absolutamente
felices.
El libro narra una historia
fascinante, sin narrar nada especial. Quizá la vida de una parte de su familia,
feriantes, su abuela que con diez hijos se quedó sola porque su marido tuvo que
emigrar a Alemania para sacar adelante la familia, es más llamativa que la
media, y da lugar a múltiples anécdotas. Y se equilibra con la otra parte, de
abuelos agricultores aferrados al terruño, y que le enseñaron el orgullo de
sentirse manchega por los cuatro costados. Salta de historia en historia, y
entre medias expone su ideal de vida.
La editorial asegura que Feria es
"una oda salvaje a una España que ya no existe", "un repaso a
las grietas de la modernidad" y "una invitación a volver a mirar lo
sagrado del mundo: la tradición, la estirpe, el habla, el territorio". Feria
es un libro auténtico en la mejor de las acepciones del adjetivo: la autora es
auténtica (en el sentido de honrada), el mundo que describe es auténtico (en el
sentido de no contaminado o sincero) y los valores y aspiraciones de los que habla
son auténticos (en el sentido de verdaderos).
No sé si, como dicen algunos, Feria
lo cambiará todo. Pero seguro que es la visión de una millenial con un
sentido común aplastante, que puede ayudar a muchos padres a entender la visión
de la vida que tienen sus hijos, y viceversa. Y qué grande es la necesidad de
que alguien consiga facilitar ese diálogo entre las dos generaciones.
Recomiendo vivamente este libro a cualquier persona con interés en estos temas;
puede estar de acuerdo con la autora o no, pero no quedará en absoluto
defraudado.
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