Un joven de veintipocos años aparece muerto a
puñaladas en su vivienda. La investigación se centra en tres mujeres: Laura,
una chica con problemas mentales, bastante conflictiva, con quien el asesinado había
pasado la noche; Carla, tía del muchacho, aún de luto por el fallecimiento de
un familiar, y que nunca superó la muerte de su hijo de tres años; y Miriam, la
vecina que lo encontró. Todas ellas están ocultando parte de la verdad. Y, sin
saberlo, están conectadas por distintos hechos del pasado, que les han hecho
vivir con resentimiento hacia la sociedad, y quizá también hacia el difunto.
Autora: Paula HAWKINS – Editorial: PLANETA. Barcelona, 2021–Páginas: 480 – Género: Policíaca, Thriller – Público: Adultos
Paula Hawkins (Salisbury,
Rodesia, 1972) es una de las grandes sensaciones de la novela europea actual, y
con toda seguridad la autora británica más exitosa de la última década. La
primera novela que firmó con su nombre, La chica del tren (antes había
escrito bajo seudónimo), publicada en 2015, fue un éxito rotundo: más de veinte millones (que se dice pronto)
de ejemplares vendidos, y con adaptación cinematográfica al año siguiente (con
actores de renombre; pero la película no les salió tan bien).
Esta autora ha publicado el
pasado mes de septiembre, en un lanzamiento mundial en la misma fecha – quizá
el más importante del presente año – A fuego lento, una novela donde
continúa con el género policíaco que tanto éxito le ha dado, dando quizá una
nueva vuelta de tuerca al concepto de novela negra.
Lo primero que quiero decir es
que, terminada la novela, el título me parece un rotundo acierto. Porque no
estamos ante un asesinato repentino; tampoco ante un hecho premeditado. El
crimen ha sido, más bien, la consecuencia del resentimiento. Efectivamente, comprobamos
que las historias personales de cada uno de los protagonistas van creando en
ellos una desazón general, que les lleva a vivir disgustados con la sociedad, o
con algunas personas. Esos sentimientos, cánceres dentro de un alma, se
disparan a raíz de distintos sucesos. ¿Alguno de ellos puede conducir al
asesinato?
Nos situamos en cualquier ciudad
inglesa, en la actualidad. Un joven del barrio, un muchacho conflictivo,
aparece brutalmente asesinado a puñaladas, en su propia vivienda. Sabemos que
había pasado la noche anterior con Laura, otra joven de la misma zona, también
una muchacha difícil. A partir de ahí, van apareciendo distintos personajes
relacionados con los principales: Carla, tía del difunto, y su ex – esposo
Theo; Irene, una amable anciana, que es la única que se ocupa de Laura; Miriam,
la vecina chismosa que encuentra el cadáver… Sin faltar la pareja de detectives
que intentan resolver el caso.
A partir de ahí, la novela
cambia. Se transforma. A veces me recordaba a aquellos libros de Elige tu
propia aventura… No es así, claro. Pero la autora obliga al lector a
configurar la historia. Cada capítulo transcurre en un espacio temporal
distinto, con protagonistas que tienen importancia, o no, en la solución del
caso. Los lectores somos los que nos esforzaremos por entender la trama. Y lo
vamos a hacer, porque la historia es subyugante, muy atractiva.
Este tipo de novela, por así
decir, deconstruida, está muy de moda; otros autores europeos (pienso en
Jöel Dicker y su maravillosa El enigma de la habitación 622, de la que
hablamos en su día en esta misma sección) utilizan esta difícil técnica. Paula
Hawkins, aquí, lo borda. Así que vamos a intentar disfrutarlo.
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