Región de Lorena, en Francia, en la actualidad. El narrador es un trabajador de los ferrocarriles, viudo desde joven. Tiene dos hijos, Fuss y Guillau, muy buenos chicos. En un momento dado, el mayor de los dos, adolescente, empieza a relacionarse con nuevos amigos del partido francés de extrema derecha. Su padre, socialista, no lo ve con buenos ojos, pero le deja hacer. Un tremendo incidente cambiará las cosas para todos.
Autor: Laurent PETITMANGIN – Editorial: RANDOM HOUSE. Barcelona, 2021 – Páginas: 128 – Género: Realista y costumbrista – Público: General
No sé de dónde me llegó la información sobre esta breve novela (apenas 128 páginas), que leí en muy poco tiempo y me impactó tanto. Digo que no sé de dónde me llegó, porque no conocía de nada al novelista, ni tenía referencia alguna, ni sabía cuál era el tema. Ahora intentaré seguir lo que este hombre escriba. Porque, la verdad, ¡menuda primera novela!
Petitmagnin (Metz, Francia, 1965) es ni más ni menos que un directivo de Air France apasionado de los libros. Lee y colecciona. No tiene una formación específica como escritor, ni nada parecido. Sigue trabajando en la aerolínea, y vive cerca de París con su familia. Y entre sus obligaciones, ha sacado tiempo para publicar en 2021 Lo que falta de noche.
Nos situamos en la región de Lorena, en Francia. Narra la novela un honrado trabajador de los ferrocarriles, sindicalista. Enviudó siendo muy joven, y ha sacado adelante a sus dos hijos lo mejor que ha podido. Ya ha perdido un poco de su afán por tomar la calle y las revueltas obreras, pero espera que de algún modo sus hijos sigan su estela socialista, de la que está orgulloso. Sus hijos comparten con él la pasión por el fútbol. Pero la vida se le empieza a poner cuesta arriba al pobre padre, cuando el mayor de ellos empieza de algún modo a frecuentar compañías distintas, y se rumorea que está teniendo relación con grupos de extrema derecha.
Lo primero que sorprende es la sencillez del relato. El protagonista es un hombre sin estudios, que narra las cosas como las ve, y que sobre todo se encuentra sin herramientas para corregir a su hijo. Esto va creando en el lector una sensación que tiende al agobio, un nudo en la garganta que te acompaña durante toda la novela. Querrías meterte en la cabeza del pobre padre para darle ideas, pero ni él ni sus amigos tienen recursos para manejar esa situación. Además, en la familia falta la mano femenina (es viudo), más intuitiva… Es una prueba de paternidad continua, porque ves que ama a su hijo, que está orgulloso de él, pero que no sabe ayudarle.
En la novela hay un punto de inflexión que no puedo revelar. Pero continúa mostrando a un padre que ama profundamente, quizá sin darse cuenta de lo mucho que ama. Y unos hijos que se saben amados, pero que son adolescentes, y por tanto un mar de dudas. He leído en algunas críticas que es una sensacional novela sobre la extrema derecha; pues no. Es una extraordinaria novela sobre las relaciones familiares, especialmente la paternidad. Es más bien circunstancial que el hijo se acerque a la extrema derecha, porque deja claro que la violencia está en todas partes, y que sobre todo hay que aplicar el perdón.
El autor manifiesta una delicadeza, una sensibilidad con sus personajes, que a veces te corta la respiración. El resultado final noquea al lector, como un aldabonazo para que pienses en tus propias relaciones. Me quedé de verdad profundamente impresionado, lo digo muy en serio.
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