El día de su decimoctavo cumpleaños, la madre de Carlos le informa que su padre, a quien no conocía y que les abandonó cuando él tenía pocos meses, acaba de morir en un accidente de tráfico a los cincuenta años. Cuando acude a la vivienda de su progenitor para recoger las cosas que dejó atrás, descubre un relato escrito a mano por su padre, ¿de fantasía? y un poco turbio. También descubre en su padre a un lector voraz, y con una vida curiosa, más allá de su trabajo como profesor de lengua. Y también conecta con algunas otras presencias desconocidas: el libro de cuentos de los hermanos Grimm que estaba leyendo su padre, y que él comienza con escepticismo… Y la vecina del piso de al lado, una mujer de mediana edad.
Autor: Juan José MILLÁS – Editorial: ALFAGUARA. Madrid, 2023 –Páginas: 192 – Género: Fantasía, costumbrista – Público: General
Nunca había leído nada de Juan
José Millás (Valencia, 1946), aunque lógicamente había escuchado hablar del
periodista y escritor, en ambos casos con una gran carrera a sus espaldas. Se
ha especializado en novelas más bien cortas, pequeñas historias en las que
siempre se encuentran fisuras por las que se escapa la realidad y se cuela la
fantasía. El autor los llama articuentos. Y éste es uno de ellos. Una
manera distinta de relatar, muy original en realidad.
Madrid, recientemente. Carlos
acaba de terminar el bachillerato, y el día en que cumple dieciocho años recibe
una llamada telefónica de su madre: su padre, a quien no había visto desde que
les abandonó hace años, ha fallecido en un accidente con su moto. Su hijo
hereda lo poco que ha dejado: un piso pequeño en un barrio céntrico, y todas
las posesiones que hay dentro. Cuando va con su madre a hacerse cargo de la
herencia, descubre cosas de la vida de su padre: era un gran lector, atendiendo
a su nutrida biblioteca; un hombre solitario, en alguna medida; y ¿también
escritor? En efecto, Carlos descubre un relato corto que escribe y protagoniza
su padre en primera persona… y que le produce un gran desasosiego. No contento
con lo que ha descubierto, decide trasladarse él sólo al piso de su padre, para
descubrir más sobre él.
Las grietas por donde se cuela la
fantasía, en esta breve novela, son dos: el relato corto que deja su padre
escrito, y el libro que se ve estaba leyendo, una recopilación de Cuentos de
los hermanos Grimm, en lo que parece un hermoso homenaje a los cuentos de
nuestra infancia. Repasaremos La Cenicienta, también Hansel y Gretel…
El protagonista recuerda las versiones buenistas de nuestra infancia, pero se
encuentra con la Cenicienta original, menos cándida… y ya no puedo decir más, a
riesgo de estropear la novela.
Millás crea un relato
verdaderamente entretenido, permitiendo que la fantasía tenga una buena parte
de verosimilitud; el lector se da cuenta de que alguna vez, en su imaginación,
se ha encontrado en las mismas situaciones que el joven Carlos. En ese aspecto,
la fantasía es menor y no molestará a quienes les guste el realismo. También
hay una historia de amor, en mi opinión un tanto violenta y grotescamente
explícita – lo siento, pero no me gustan los episodios eróticos, y menos cuando
vienen descritos con lo que yo llamaría grosería; son breves, pero ahí están –,
y completamente gratuita. Además implica al joven de dieciocho y a una señora
de treinta y seis. A mí me dio sensación de pedofilia. Pero, al margen de eso,
reconozco que he pasado muy buenos ratos siguiendo la evolución del joven
Carlos, y revisando esos cuentos infantiles, que ya no sé si las generaciones
recientes están disfrutando como los disfrutó la mía, o también han sido
subsumidas por esa cultura que llaman woke. Si es así, pobres.
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