Kabul, 2004. Edith, una joven
Médica sin Fronteras que está en Kabul, recibe una joya, en agradecimiento de
una familia afgana por su trabajo. Se sorprende al reconocer que esa joya era
de su familia, y fue robada de su vivienda en el mismo atraco en que su madre
perdió la vida.
Bilbao, 1937. Un grupo de niños españoles
de la zona republicana embarcan camino de Rusia, donde gozarán de educación y
acceso a diferentes privilegios como héroes de guerra. Rafael lleva de la mano
a su hermano pequeño, Joaquín. Pronto entablan amistad con el gigante Iñaki,
tan grande como simple. Y con Teresa, Victoria, Manuel, Alejandro… crean una
amistad que perdurará.
Autora: Mercedes GUERRERO – Editorial: Debolsillo. Barcelona, 2020 – Páginas: 576 – Género: Novela histórica – Público: General
Mercedes Guerrero (Aguilar de la
Frontera, Córdoba, 1963) es una escritora española de novela… digamos
histórica, aunque con matices, ya consolidada en el mundo de las letras. Hace
tiempo leí de ella Sin mirar atrás, que me pareció sencillo, la verdad,
pero muy interesante y fácil de leer. Y también he leído Las sombras de la
memoria, muy interesante también. El libro del que hablo ahora es el último
que ha publicado, y lo tenía en la recámara desde hace tiempo. Ahora he
conseguido leerlo, y reconozco que me lo he pasado muy bien. Ah, y explico los
matices de la novela histórica: la autora suele novelar hechos históricos, no
personajes en concreto, aunque lógicamente mezcla personajes de ficción con
personales reales. Sus libros no son biografías noveladas, sino historias en la
Historia, con mayúscula.
En esta ocasión, dedica su libro
a los que conocemos en España como Niños de la Guerra. En 1937, durante la
guerra civil española, para alejar a los menores del conflicto bélico, los
republicanos – con la ayuda de varios países – fletaron barcos para alejar a
los niños que habían quedado huérfanos en el conflicto, u otros niños hijos de
personajes que apoyaban la república española. Francia fue el país que más
niños acogió, unos 20.000. Y la entonces URSS acogió a unos 3.000, los
protagonistas de la novela entre ellos.
En realidad, la historia empieza
en 2004. Edith, una joven Médico Sin Fronteras, se encuentra con que un cadáver
que debe amortajar lleva una joya muy característica, que le fue robada a su
madre años atrás, durante un atraco. No sabe cómo ha podido llegar la joya
allí. La familia de la difunta se la regala. Cuando la mujer regresa a Canadá,
muestra a su padre la joya que ha recuperado, pero éste le pide que se deshaga
de ella cuanto antes.
Se retrasa el siguiente capítulo
hasta 1937. Cientos de niños embarcan en Santurce camino de otros países, donde
pasarán el tiempo que dure la guerra, para regresar a España una vez que gane
la república. De entre esos niños, se forma un grupo de amigos: Rafael, Iñaki,
Victoria, Teresa y Manuel. Juntos afrontarán una vida de relax y buenos
cuidados en Rusia, pero cuando termina la guerra, empieza la guerra mundial, lo
que retrasa la vuelta de los exiliados; y unos años después, las autoridades
cambiarán de opinión, y a los que quieren regresar no se lo permiten; tendrán
que convertirse en buenos ciudadanos soviéticos.
La novela es muy entretenida.
Ante todo, tengo que decir que es bastante ecuánime. No toma partido durante la
guerra civil, y reconoce todos los males de la Rusia soviética: las
manipulaciones de información, las mentiras, las delaciones entre vecinos, la
incompetencia de las autoridades o la falta de libertad. De igual modo, cuando
algunos de esos niños llegan a España, encuentra alguna falta de libertad,
sobre todo para la mujer, sometida siempre al hombre. En eso atiende a la
verdad, creo. Quizá por eso me gustó también la novela, porque no está al
servicio de nadie, ni de los dictados de mayorías. La unión de la historia
desde 1937 hasta 2004 está muy bien llevada. Lo dicho, una vez más Mercedes
Guerrero no defrauda.
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