Gonzalo de Berceo, sacerdote y poeta, recibe del abad de San Millán el encargo de ir a Silos para redactar una biografía de Santo Domingo. En el camino traba amistad con otro monje, Garci, que viene de enterrar a su padre y a su hermano, y con un peregrino alcohólico, Lope. Igualmente conoce a la propietaria de una taberna cercana al monasterio, que parece estar relacionada con Garci. El mismo día que llega al monasterio, uno de los monjes aparece ahorcado, y Gonzalo intentará descubrir si en realidad fue un suicidio, como pareció a todos, o un asesinato, mientras continúa con el trabajo que le llevó a Silos. Pronto también descubrirá que se ocultan en el cenobio más cosas de las que esperaba.
Autor: Lorenzo G. Acebedo – Editorial: TUSQUETS. Barcelona, 2023 – Páginas: 240 – Género: Thriller – Público: Adultos
Menudo bodrio. Por favor, no lo
leáis. Me puse con él, porque me llamó la atención el tema, y que el
protagonista es nuestro poeta Gonzalo de Berceo. Y me adentré en su mundo. Pero
no; no merece la pena en absoluto, y el modo de tratar las realidades de las
que habla es verdaderamente desagradable.
No se sabe nada, o casi nada, de
su escritor. Lorenzo G. Acebedo es, de hecho, según parece, un seudónimo. La
editorial Tusquets ha dado algunas leves referencias sobre su biografía,
informando que abandonó en su juventud los estudios teológicos por el retiro
monacal y, algún tiempo después, el retiro monacal por una mujer. En la
actualidad reside en un pueblo de La Rioja. Y se le nota, se nota un hombre
descreído, que desprecia profundamente todo lo que tiene que ver con la
religión y el estado religioso, y así le sale un libro malencarado.
Gonzalo de Berceo es sacerdote,
aunque según el novelista no cree en Dios ni en nada. Vive dedicado a sus
poemas en un pequeño pueblo, amancebado con su criada. Pero el poderoso abad
del monasterio de San Millán le hace un encargo: debe viajar a Silos, donde le
entregarán la biografía de Santo Domingo, para que la traduzca al castellano y
en verso. No le apetece nada, pero debe ir. En el camino se encuentra un monje
de Silos, Garci, que viene de enterrar a su padre y hermano, y va al monasterio
a recoger unas cosas para después abandonar el estado religioso. Empezamos
bien, con dos descreídos. También recogen a Lope, un supuesto peregrino a
Santiago, manco, borracho y bronco. Se alojan en una posada en el propio Silos,
donde conocen a una mujer, que embelesa también a Gonzalo. A la mañana
siguiente ingresan en el monasterio, donde encuentran el cadáver de un monje,
supuestamente suicidado, pero Gonzalo no lo tiene tan claro…
Lees el libro, si tienes algo de
sensibilidad, con muy mal sabor de boca. Sobre todo porque no hay un solo
religioso, sacerdote, monja o cristiano en general, del que se puedan decir
cosas buenas. Hay sexo, mucho sexo, y del malo; el propio Gonzalo de Berceo,
pobrecillo, vive con su barragana, pero se acuesta con otra mujer durante la
novela. En el convento son violados los niños que entran como novicios, o
algunos de los que han vivido siempre allí, por haber sido abandonados en el
locutorio al nacer. El abad es homosexual, y su amante es su secretario. Y un
largo etcétera de despropósitos que convierten esta novedad de libro en un
bodrio vomitivo, escrito desde el odio, que no merece la pena ni regalado.
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